Pese a las reticencias iniciales, el 21 de diciembre Estados Unidos concedió a Ucrania una primera batería de misiles Patriot que puede derribar aviones, misiles de crucero y cohetes balísticos de corto alcance. El objetivo es reforzar las defensas ucranianas contra los bombardeos rusos destacó el presidente Joe Biden quien hizo hincapié en que no se trata de una provocación, sino de una ayuda para repeler ataques. Pero el mismo día en que Biden hacía esa precisión, Putin anunciaba, por su parte, un nuevo refuerzo de sus tropas y sus capacidades nucleares. Y aunque el riesgo de ataque nuclear no es cero, los miembros de la OTAN son conscientes de su superioridad frente a una Rusia que también lo perdería todo en una guerra nuclear. A pesar de las amenazas y advertencias de Moscú, ahora, la OTAN parece más decidida que nunca a reforzar su ayuda humanitaria y militar a Ucrania, durante el tiempo que sea necesario. Una crónica de Laura Iglesias San Martín para #EsNoticiaDW