Un oficial de policía se da cuenta de que un automóvil está estacionado en un área sin estacionamiento y le emite una citación. Solo entonces se da cuenta de que es su auto, dejado allí porque lo estaban reparando al otro lado de la calle. Se siente avergonzado, retira la citación y continúa con sus rondas para atrapar a más infractores. El conductor regresa, recoge sus pertenencias y nuevamente no recibe una multa. El mismo automóvil se estaciona en el mismo lugar al día siguiente. Sintiéndose bien, después de escribir una multa, intenta investigar algo extraño debajo del automóvil, asustando al conductor que está adentro. Al darse cuenta de su error, el oficial avergonzado se disculpa. ¡Mira cómo se desarrolla esta alegre historia!


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